Filadelfia

Bendecida con el glamour y la cultura de una gran ciudad, Filadelfia, como se la conoce cariñosamente, también deleita a los visitantes con su rica historia y su encanto de pueblo pequeño.

Proyecto de William Penn

Declarada Ciudad Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2015, Filadelfia fue el corazón de la historia colonial y revolucionaria de Estados Unidos. Fundada por el cuáquero británico William Penn a finales del siglo XVII, la «Ciudad del amor fraternal» aprecia y protege sus primeros días dentro del Parque Histórico Nacional de la Independencia de la Ciudad Vieja. Visitar instituciones originales como el Independence Hall y los monumentos emblemáticos como la Campana de la Libertad le ayudarán a apreciar la profunda pasión por la libertad que motivó a los fundadores de la nueva nación. Excelentes museos dedicados a la Constitución, la Revolución Americana y Benjamin Franklin completan esa educación.

Orgullo Cívico

A finales del siglo XIX, Filadelfia se había convertido en el «Taller del Mundo». Sus industrias generaban abundante riqueza, que financiaba grandes proyectos de construcción, como el Ayuntamiento y el Benjamin Franklin Pkwy, y llenaban almacenes culturales como el Philadelphia Museum of Art y el Penn Museum. Los experimentos de arquitectura y política social dieron como resultado edificios como la Penitenciaría Estatal del Este, mientras que el filántropo Dr. Albert C. Barnes construyó una asombrosa colección de arte para el consumo público. Este espíritu de orgullo cívico y de compartir continúa en proyectos contemporáneos como los Jardines Mágicos de Filadelfia de Isaiah Zagar.

Belleza Urbana

En el siglo XX la ciudad entró en decadencia económica, pero nada dura para siempre y mientras que algunas zonas de Filadelfia siguen deterioradas, el embellecimiento urbano y los proyectos de regeneración de barrios, como el maravilloso Programa de Arte Mural, han transformado la ciudad en una deslumbrante galería de arte callejero al aire libre. La gloria de los primeros días de Filadelfia se conserva en las terrazas de ladrillo rojo de Society Hill hasta las áreas alrededor del campus sagrado de la Universidad de Pensilvania. El extenso parque Fairmount Park asegura que la naturaleza y el verde están al alcance de la mano, y los senderos para bicicletas y para trotar de los senderos del río Schuylkill son recursos urbanos de primera clase.

Escena de comida multifacética

Comer es un punto culminante aquí, con dos de las atracciones más queridas de la ciudad – el Mercado de la Terminal de Lectura y el Mercado Italiano de la Calle 9 Sur – colocando la comida al frente y en el centro. El panorama culinario de la ciudad es nada menos que democrático, abarcando desde la pizza artesanal y las creaciones veganas hasta la sinceridad de un sándwich de carne de queso o un pretzel suave y salado. La diversidad étnica y cultural de Filadelfia también se refleja en el plato: en un día se puede disfrutar de un desayuno Amish, un almuerzo con fideos asiáticos picantes y disfrutar de los tacos mexicanos para la cena.