Praga

Praga es igual a París en belleza. Su historia se remonta a un milenio atrás. ¿Y la cerveza? El mejor de Europa.

Hotspot europeo

La Revolución de Terciopelo de 1989, que liberó a los checos del comunismo, legó a Europa una joya de ciudad para que se mantuviera al lado de grandes potencias como Roma, París y Londres. No es de extrañar que los visitantes de todo el mundo hayan venido en masa, y en un caluroso día de verano se puede sentir como si estuvieras compartiendo el Puente de Carlos con la mitad de la humanidad. Pero ni siquiera la multitud puede dejar de disfrutar del espectáculo de un puente de piedra del siglo XIV, un castillo en la cima de una colina y un río encantador y perezoso -el Moldava- que inspiró una de las piezas más bellas e inolvidables de la música clásica del siglo XIX, la sinfonía de Smetana en Moldavia.

Arte por todas partes

Las galerías de arte de Praga no tienen el encanto del Louvre, pero el arte bohemio ofrece mucho que admirar, desde los retablos góticos en el Convento de Santa Inés hasta el exquisito art nouveau de Alfons Mucha, pasando por la magnífica colección de surrealistas, cubistas y constructivistas del siglo XX en el Veletržní Palác. La extraña e ingeniosa escultura de David Černý marca los espacios públicos de Praga, y la ciudad misma ofrece un smorgasbord de arquitectura impresionante, desde las verticales del gótico y la exuberancia del barroco hasta la sensual elegancia del art nouveau y los pómulos cincelados de las fachadas cubistas.

Donde la cerveza es Dios

La mejor cerveza del mundo acaba de mejorar. Desde la invención de Pilsner Urquell en 1842, los checos han sido famosos por producir algunas de las mejores cervezas del mundo. Pero las marcas de renombre internacional Urquell, Staropramen y Budvar han sido igualadas, e incluso superadas, por un puñado de cervecerías regionales checas y microcervecerías que están respondiendo a un renovado interés por la elaboración de cerveza tradicional. Nunca antes los pubs checos habían ofrecido una gama tan amplia de cervezas – nombres que ahora tendrás que tener en cuenta son Kout na Šumavě, Primátor, Únětice y Matuška.

Rutas Urbanas

El laberinto de calles empedradas y patios escondidos de Praga es un paraíso para el viajero sin rumbo, que siempre le invita a explorar un poco más. A pocas cuadras de la Plaza de la Ciudad Vieja se puede tropezar con antiguas capillas, jardines inesperados, lindos cafés y bares a la antigua usanza con apenas un turista a la vista. Una de las grandes alegrías de la ciudad es su potencial para la exploración – barrios como Vinohrady y Bubeneč pueden recompensar al aventurero urbano con innumerables camafeos memorables, desde el sol poniente que brilla en las cúpulas de las iglesias, hasta las melodías de Dvořák que vuelan desde una ventana abierta.